DIARIO: LIBROS
Tras sacar libros y más libros de las estanterías uno acaba encontrando todo aquello que había perdido y se maldice por almacenar tantas cosas y objetos pequeños que se llenan de polvo. Luego hay que retirarlos todos para limpiar y volverlos a colocar en su orden. Afortunadamente la habitación empieza a abandonar su aspecto habitual de pocilga para convertirse de nuevo en habitación de escritura, aunque faltan más de mil libros por colocar. Que los dioses griegos me asistan.
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