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MADERA DE NÁUFRAGO. Blog de Luis Vea.

DIARIO

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Compro muchos libros de segunda mano. Algunos de ellos vienen acompañados de sorpresas entre sus páginas. Encuentro diversidad de fragmentos de papel en su interior. Es frecuente que haya billetes de metro, autobús e, incluso, de tranvía. Billetes que sirvieron para acompañar itinerarios ya caducos y olvidados. Billetes ya consumidos y que han substituido a puntos de lectura. Muchas veces se encuentran entre las páginas, ni al principio ni al final, señal inequívoca de que el libro no se terminó de leer nunca. Y encuentro postales de lugares diversos que me ayudan a conocer la procedencia del libro o adónde viajó. Postales desleídas, con los colores en retroceso, o con ese blanco y negro sospechoso que el tiempo ha maleado. Fotografías de lugares que han cambiado y que ya no serán nunca más como los de la postal. También, en ocasiones, me tropiezo con recortes de periódico. Noticias que para alguien tuvieron cierto interés. A veces sé que el propietario del libro fue alguien cuidadoso, porque el recorte,delicadamente doblado, tiene relación con el libro. También me tropiezo con fotografías. Muchas veces con puntos de lectura o adhesivos sin usar. Objetos todos ellos que quedan depositados en mi escritorio, lugar donde confluyen los recuerdos que algún día pertenecieron a otros, como estos libros que ahora poseo.

1 comentario

alena.collar -

Y también son trocitos de historias. En este caso, truncas para nosotros, que solo podemos "leer" esa brevedad del recorte, o de la anotación, o del billete usado.
Podemos, eso sí, imaginarlas, o inventarlas, o soñarlas...convertir en personajes de un relato las vidas de quienes-aunque nos pese- en parte son un poco nuestras a través de sus objetos usados.
¿Porqué no escribir un libro con ese titulo: "Objetos usados"?...
Malas ideas que doy...
Un abrazo.