GUATEQUE
Nos despertamos y nos habían dejado los restos de su guateque sólo para limpiar. Y algunos bardos del régimen todavía aplaudían las gracias escribiendo sobre nubecitas y lo hermoso de la vida, ese camino inescrutable que hay cuando uno se busca a sí mismo. Y siguieron sin limpiar aplaudiendo sus propias ocurrencias. Hasta que los restos se pudrieron y su olor llegó a ocultar las nubecitas. Siguen escribiendo sobre su yo -que es lo que más les importa, de hecho, es lo único que les importa- pero el olor se hace ya insoportable. No miran la realidad porque es vulgar, no hablan de lo que ocurre porque es lo de siempre, no lloran porque todo pasará. Apuran la subvención y maldicen la vulgaridad. Lo suyo es el arte.
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