POSE
Hay algo en tu rostro, con ese labio contorsionado, esa mueca destructora, esa faz que busca la media luna hacia abajo. Hay algo de cara de malo, de actor de película del oeste, con el pañuelo anudado al cuello, pretendidamente al viento. Hay algo de teatral en esa pose buscada que busca foto, en ese rostro mimético que no se aparta una línea del guión, en esa puesta en escena que mira vender un libro. Hay algo que no me creo por mucho que vea que tu nómina de crédulos se acrecienta, que tu lista de admiradores y citas va en incremento, que sales en la televisión - o dices hacerlo- y tus libros, según tú, se convierten en superventas. No me creo esa faz impasible que jamás sonríe, ni en las fiestas. No me creo que haya tanto sufrimiento en todos los instantes de tu vida, no me creo el rollo del valle de lágrimas y tu presunta antipatía al poder. Eres una pieza más del engranaje que aprovecha la faz y el verbo, el verso lánguido y ripiado, la mirada para la pose y el libro que, marcado, queda a la espera de llenarse de algo para ensuciar la página en blanco.
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