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MADERA DE NÁUFRAGO. Blog de Luis Vea.

AHOGO

Probablemente una de las sensaciones más desagradables que pueden sentirse sea el ahogo. Notar esa obturación de la respiración, el inútil movimiento oscilante del aparato respiratorio, el rostro enrojeciendo, la garganta que se reseca, el súbito embotamiento de la mente, la tos, la contracción del cuerpo... Notar que ya nada responde, que el agarrotamiento inicial va dando paso a un espasmo, que la nuez intenta tragar sin ningún éxito... A mí me produce todas esas sensaciones la mediocridad enquistada en nuestra sociedad, el funcionamiento a base de clichés, de frases hechas, de conductas reiterativas, la carencia de originalidad, el predominio del márketing sobre la imaginación, la monótona repetición de las mismas voces, de los mismos mensajes expresados con tanta simplicidad como si hubieran sido creados para imbéciles. Uno diría que muchos de esos mediocres se han formado en la factoría Bush de idiotas y ahí los ves dirigiendo de la misma forma un partido político, una empresa, una televisión o una universidad privada. Llega hasta el hartazgo la repetición de cuatro muletillas a las que sólo se les cambia una palabra. Y así es como el mismo mensaje se vende igual en un best seller para deficientes culturales que en un programa de televisión. Hay un momento en que si no explotas el mensaje te atrapa y caes en sus redes. Te conviertes en uno más de los que apretan el botón. Entonces, el Gran Hermano de la democracia, el consumo irracional, los programas con vaquillas para disecar las mentes, la música para aplatanar cerebros, los periódicos plagados de mentecatos culturales y de mensajes que se consumen como opio te alcanzan. Ya eres presa del ahogamiento. Y no hay tiempo de gritar. Hazte un favor, súmate a los mensajes discordantes. Acabarás agradeciéndomelo.

Luis Vea García, 2005 ©

4 comentarios

Marina -

Hola, Luis, aquí estoy, como te dije. Me gusta mucho tu forma de escribir, y comparto plenamente lo que dices en tu post. Además, me encanta la palabra que usas para definirlo: Ahogo. Eso es lo que siento yo a veces: cuando me doy cuenta de que hoy por hoy el silencio es imposible; cuando veo que apenas hay un resquicio de mundo que no esté empapelado de publicidad; cuando asumo como normal que las paradas de autobuses, las farolas, los muros, las bolsas y los bolígrafos nos escupan un mensaje de consume-o-muere sin que podamos evitarlo. Mi reto es intentar inmunizarme contra todo ello lo más posible y seguir con lo que pienso que está bien: crear desde lo fresco, desde lo limpio, desde las buenas intenciones. Por eso, como White, sólo compro el periódico los fines de semana. Un abrazo, me pasaré a menudo por aquí.

Goreño -

Hola, Luís, es cierto todo lo que dices y con calidad literaria. Los hay que no dejan de mirarse el ombligo y se sienten como nuevos dioses. Pero no dejemos que tomen posesión en nuestras vidas. Allá ellos. Tenemos donde elegir y por eso elegimos lo mejor. Saludos

Belle -

Lo sorprendente es la capacidad de aguante que tenemos antes de explotar...

Un besazo.

white -

Es que conmigo tienen un pequeño problemilla, no me gusta la televisión y los periódicos los leo los fines de semana, así que tendrán que inventar otra manera para captarme. Saluditos