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MADERA DE NÁUFRAGO. Blog de Luis Vea.

DIARIO, HOY, PLAZA CATALUNYA.

A mediodía, pasaba cerca de Plaza Catalunya. Junto al Banco de España estaban instalando dos nuevos espacios. Uno de ellos para la Comisión de Artes. No lejos de allí estaba la guardia urbana. Desde la FNAC cruzo al otro lado. Junto a mí un tipo con gafas de sol va repitiendo o repitiéndose "qué asco". Le miro yo con el mismo asco que él ha mostrado a lo que desconoce. Ya lo decía, algunos porque no tienen la edad para entender la trascendencia, otros porque ya no tienen edad de entender nada. Pisado el redondel externo de la plaza dos cosas me desagradan. Un fuerte olor a orín en una de las esquinas y un par de jóvenes trapicheando. Trapicheos y orín habituales desde hace tiempo en la plaza. Una vez dentro me sorprende el vacío. Otras veces que he ido, por la tarde, he encontrado difícil el acceso a la plaza. Ahora hay espacio por todos lados. Lo primero que veo es una Comisión trabajando en el espacio principal, de espaldas a la fuente. Un chico explica su opinión sobre la explotación laboral, pero hay prisa por oír a otros ponentes. Unos aplauden, otros alzan los brazos y los voltean como signo de aprobación, como ya vamos viendo todos estos días para evitar que los aplausos se alarguen. Tras un rato junto a la Comisión Internacional que trabaja frenéticamente, paso junto a un perro exhausto por el calor, duerme, o casi lo parece, una niña a su lado. Se diría que está muerto pero respira. Al pronto me llama la atención otra discusión a golpe de megáfono. A una chica se lo acercan. No sabe si hablar en catalán o castellano. Se decide a hacerlo en castellano. Habla de que algunos políticos se quieren apropiar del movimiento, pone el ejemplo que ha oído esta mañana en Catalunya Ràdio. Presumía Alícia Sánchez Camacho de no usar tarjetas de crédito, dinero de plástico, ni la del partido ni otra. Los oyentes se muestran indignados. Permanezco un buen rato con ellos. Oigo hablar de sistemas políticos. No veo decaimiento, quizá algo de cansancio. Menos gente, pero es cierto que no he podido ir ninguna mañana. Hay quien se está perdiendo algo importante. Lo pienso así. De regreso, junto al metro, unos muchachos de traje y corbata hacen publicidad de una tarjeta de crédito, dinero de plástico del que no usa Sánchez Camacho. Una última ojeada a la plaza. Una marca publicitaria ha llenado un edificio con un gran anuncio del Barça, recuerdo haber visto allí hace un tiempo pancartas pidiendo cosas similares a la que se piden ahora. Luego dudo de que sea el mismo lugar. En el metro veo a tanta gente ociosa. Seguramente jubilados, parados, etc... Me pregunto si habrán estado un rato en plaza Catalunya o quizá como el tipo de las gafas de sol espejadas, que siempre asocié a la policía franquista, pensarán qué asco. Lo raro es siempre esa cotidianidad al otro lado de la esquina.

5 comentarios

Luis Vea García -

Espero que este nuevo redactado no dé lugar a malas interpretaciones. Siento que lo hayas entendido mal y quiero que sepas que apoyo esta causa que, en realidad, es causa de todos.
Ánimo y adelante.

julia -

Me gusta tu comentario escepyuando el olor en una esquina, se esta limpiando precísamente con lejía, se abrá olvidado esa esquina,valla¡¡ y lo del trapicheo no es cosa de la gente que esta allí luchando, como comprenderas y sabras el centro es una zona bastante conflictiva, y está claro que no tenían nada que ver con la acampada, asiesque si fueras tan amable y sincero, molaría que aclararas esos dos comentarios que no hacen mas que una mala prensa y confusión de una acción tan noble como esta, que tambien mira por ti; gracias

Luis Vea García -

Disculpa, te he cambiado el sexo sin querer, A-N-T-O-N-I-A.

Luis Vea García -

Muchas gracias, Antonio. Me alegra que te haya gustado.Trataba de hacer un pequeño relato de lo que veo. De la normalidad y lo cotidiano.

Antonia Romero -

Magnífica entrada, Luis.