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MADERA DE NÁUFRAGO. Blog de Luis Vea.

DIARIO

La cabeza de Mimi, mi gata, traza un arco en el aire en un ligero devaneo rítmico que termina por parecer perjudicial a mi juicio. Imagino mis cervicales realizar el mismo movimiento una y otra vez no sin cierto dolor. Se está durmiento sobre mis piernas y la extraña posición que adquiere delimita el arco del movimiento hacia atrás de su pequeña cabeza. Por fin el cuerpo alcanza la posición ideal y la cabeza se viene hacia delante, lo cual me permite mover mejor mis dedos sin pensar más en sus cervicales. Ya sé que los felinos en general no son muy dados a la lectura. En más de una ocasión la impiden posándose sobre el periódico o sobre las páginas del libro. Fido lo hacía a menudo quedándose dormido sobre el diario. Bufi directamente pasaba sobre las páginas del libro y, muy a menudo, sobre las teclas del ordenador. Debe ser difícil para un animal tan inquieto como el gato no ver perspectivas de caza tras las letras. Eso los hace especiales y también que no nos aburramos mirándolos.

3 comentarios

Manu Carrillo -

Mi gata Elena se pone siempre encima de lo que estoy leyendo en mi escritorio.

Luis Vea García -

Y persigue el cursor en la pantalla. También la escoba, la mopa...Las moscas y mosquitos le vuelven loca.

Ruth -

Qué cierto. Ver dormir a un gato es uno de los mayores placeres.
¿Tu gata persigue el ratón del ordenador? El mío ya se ha ido acostumbrando, pero al principio era un espectáculo.