Blogia
MADERA DE NÁUFRAGO. Blog de Luis Vea.

DECLINAR

El lento declinar de cosas que a uno le interesan es como la leve desaparición, no por ello menos cruel, poco a poco pero sin apenas pausa. Como una extinción programada en un mundo que cambia sus prioridades y que escasamente conserva vestigios. Un mundo que se vanagloria de lo que desconoce, que se pliega sobre sí mismo en su cerrazón, que se abraza a todo lo que es novedad, bueno o malo. Un mundo que no ofrece válvulas ni seguridades, que se abrasa y consume a sí mismo y en el que los valores como la solidaridad no importan. Un mundo que premia al patán, que desprecia al creador, que prescinde de ideas si no comportan dinero. Un mundo que declina a pasos agigantados como lo hicieron otros imperios, un mundo en el que los seres se encuentra más ajenos, cada vez más despistados. Un mundo que sin arrobo se fagocita, se autoconsume en su complacencia. Un mundo miope que se vanagloria de no necesitar gafas. Un mundo, en definitiva, prescindible.

0 comentarios