DIARIO
Mientras respirabas sobre mi cuerpo, tu costado tendido sobre mi vientre, escuchaba el lento latir de tu corazón y los ojos se te iban cerrando porque entre ambos juntábamos nuestros respectivas temperaturas y acabábamos con el frío gélido del exterior. Casi estaba dispuesto a abandonarte al calor de tu cama pero no me resistía a permanecer unos instantes más contigo. Tan breve se hace el espacio de tiempo que nos une... Entonces me cruzó una idea inquietante por la cabeza, qué haría sin tu cuerpo sobre el mío, cuando ya no te tuviese y ni tú a mí. Fue tan triste la certeza de que algún día ocurriría que preferí seguirte acariciando antes de alcanzar mi lecho. Y esos instantes que ahora describo... sé que llegará un momento en que los añore. Porque conforme pasa el tiempo la vida se convierte más en añoranza. Y a la vez que te deposito en la cama ya te añoro. Que duermas bien, Fido.
2 comentarios
kris -
Vaya, con una lágrima y una sonrisa, te agradezco el buen recuerdo que me has regalado.
Un saludo.
white -