PARADOJA
Llaman antisistema a los que defienden lo que es de todos. Y lo hacen los que tratan de liquidar lo público.
Llaman antisistema a los que defienden lo que es de todos. Y lo hacen los que tratan de liquidar lo público.
El pedigrí de un pasado antifranquista no justifica treinta años de inacción y privilegios.
Pensemos un poco en estos días de ruido y de furia. Porque la cuestión que se debate no es la belleza de los rostros. No. Lo que se decide de verdad es el modelo. ¿Y qué modelo de sociedad nos proponen? Un modelo en el que para ir al médico tengamos que pagar, un modelo en el que para llamar a los bomberos tengamos que pagar, un modelo en que cuando necesitamos acudir a la justicia tengamos que pagar, un modelo en el que para educar a nuestros hijos tengamos que pagar. Un modelo en el que aquel que no tenga dinero para pagar sanidad, bomberos, justicia o educación no tendrá derecho a nada. Un modelo en el que los más desfavorecidos sean carne de la limosna. Pensemos un poco tras tanto ruido y furia. Exijamos que se hable de modelos, de propuestas, de ideas. Exijamos que la conversación no vaya hacia la bondad de los rostros. No nos importan los rostros, nos importan sus ideas. No vale volver al partido de tenis de los partidos mayoritarios, al y tú más de cada elección. Ideas, queremos ideas.No queremos que nos arrastren hacia el mal menor, hacia el engaño del que viene el lobo. No nos dejemos llevar por la maquinaria de los partidos bipartidistas, no nos dejemos engatusar por su márketing vacío de todo, por las frases manidas que no significan nada, por las soflamas que miden las veces que se utiliza la palabra libertad. Pensemos, pensemos, que buena falta hace. Pensemos ya que no lo hacen ellos. No queremos una batalla de rostros después de una campaña de ruido y furia.
No son los mercados los que han perdido la confianza en nosotros, somos nosotros los que hemos perdido la confianza en los mercados.
Algunos han vivido el sueño de la democracia verdadera y ahora se despiertan en una democracia bananera.
No nos equivoquemos, muchos de los indignados del 15 M salieron a las calles para protestar contra una guerra injusta en Irak y echaron al PP del poder, dijeron a Zapatero "no nos falles" y ahora se encuentran que la única solución es salir a la calle. Salir a la calle para reclamar que les devuelvan su voto, el de las mentiras de unos y el de las mentiras de los otros. Ambos han mentido. Ambos nos han engañado. No merecen nuestro voto, no merecen ninguna mayoría. El bipartidismo es el cáncer oculto de nuestra democracia, el cáncer que estaba escondido en la letra pequeña de la constitución. Tanto es así que ya ni el voto importa, importa el poder, importa el lobby PPSOE-BANCA-CEOE. Este lobby es el que ha permitido que la tan cacareada refundación del capitalismo no sea más que una mentira para engañarnos que demuestra que había un plan oculto para aupar privatizaciones, venta de lo público, destrucción de empleo y pérdida de derechos y de poder adquisitivo. Todo ello amparado por el conjunto de intituciones en poder del neoliberalismo económico: Fondo Mundial de Comercio, Banco central europeo, Unión europea, Fondo Monetario Internacional, etc... Una refundación del capitalismo que sólo ha servido para que los que eran ricos lo sean más y que la franja entre los más ricos y los más pobres haya incrementado. A ello ha contribuido poderosamente el lobby PPSOE-BANCA-CEOE en España y en Europa. ¿Por qué darles ahora de nuevo el voto? Seguirán pensando y gestionando de la misma manera. Tenemos una democracia de baja intensidad y si no nos cabreamos seguiremos teniendo una democracia de voto cada cuatro años, un botón que una vez apretado es tan nefasto como apretar el botón nuclear, porque no tiene vuelta atrás. Por eso no lo merecen.
Cada cuatro años descendemos a los infiernos. Vendemos nuestra alma al diablo por un voto sin posibilidad de revisión.Mira bien a quién das tu voto pues luego tendrá la capacidad de condenarte.
Darles el voto a los que gobiernan es lo mismo que acostarse con una serpiente, sabes que tarde o temprano terminarán mordiéndote.
¿Alguien puede confiar en un hombre con ese rostro, con esa mirada? Una mirada que exhala tanto odio, tanta capacidad para la venganza. Parece un rostro de cómic, la caricatura de alguien que desea ser malo y es sólo un remedo.
Foto: 20 minutos.
Mercenarios del poder, mamporreros de la banca, proxenetas de la corrupción...
El giro a la derecha de Aznar pidiendo menos democracia no es tan diferente del de Zapatero con las últimas medidas económicas emprendidas, aceptando lo que la Unión Europea le ha obligado a hacer y tras la regañina de Obama, e, indirectamente, mandando al garete el término soberanía nacional. Me pregunto qué hubiéramos dicho si a Aznar le hubiera obligado a cambiar alguna medida el señor Bush. Europa está escorando tan a la derecha que ni los supuestos gobiernos socialistas, por llamarlos de algún modo, pueden hacer algo. Recogemos lo que sembramos. Felipe González fue el primero en tomar medidas contra los empleados públicos congelando salarios. Zapatero es el primero en bajar directamente esos salarios. Le están haciendo todo el trabajo a la derecha (nunca nadie podrá acusar a Aznar de haber tomado esas medidas). Ahora nos prometen subir los impuestos a los ricos. Esa medida hubiera tenido algún sentido si se hubiera tomado antes de bajar salarios y pensiones. Ahora es sólo una cortina de humo para no seguir sufriendo la sangría de votos de las últimas encuestas. Estamos condenados a aburguesarnos por decreto. Queda inaugurada la era Rajoy.
Zapatero: Acabas de perder las elecciones.
Como si no tuviéramos suficientes problemas con los dos partidos de turno, ahora el votante está autoconvencido de las virtudes del bipartidismo. Así lo señalan las estadísticas. El bipartidismo es un cáncer. Ya se curaron los partidos mayoritarios al crear un sistema electoral que les favoreciera y ahora no van a cambiarlo, desde luego. La política en España es lo más parecido a la liga de fútbol. Un aburrimiento. En uno: PP-PSOE. En el otro Barça-Madrid. Lo segundo mata el espectáculo. Lo primero mata la democracia. Y ahora para colmo se nos gurteliza la vida política. Miremos un poco a Grecia no sea que algún día tengamos que defender también la democracia en las calles, de nuevo a pedradas.
El Día del Trabajo tiene cada vez menos sentido. Hace ya muchos años que el PSOE decidió abandonar el marxismo con aquella famosa frase del Congreso de Suresnes pronunciada por Felipe González: "hay que ser socialista antes que marxista"(¿quiso decir socialista o socialdemócrata?). También ha habido un desencanto de los trabajadores. El PP tiene diez millones de votos, muchos de los cuales provienen de votos de trabajadores, trabajadores sin ninguna perspectiva de clase. Trabajadores que han apoyado políticas económicas conservadoras. Políticas que tampoco difereían de las llevadas a cabo por los socialdemócratas. Ambas visiones tienen un común denominador en la comprensión de la economía desde perspectivas neoclásicas o abiertamente neoliberales. ¿Qué sentido tiene entonces el Día del Trabajo? Desde una perspectiva de clase ya ningún sentido, pues se ha perdido dicha perspectiva. Desde el punto de vista de la crisis actual cabría pensar en la creación de sindicatos de desempleados (los modelos de sindicatos actuales representan a trabajadores y no a desempleados). Mucho me temo que la desmovilización general no ha provocado que los desempleados salgan en masa a protestar como cabría esperar. Así el Día del Trabajo se ha convertido en poco menos que una excusa para pasear por el centro de las grandes ciudades sin tener que soportar coches. Foto:www.c.invazores.org
Foto: Agencia Efe.